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28 de outubro de 2024
El lugar es ideal para ir un día de tormenta, ya que por veces parece que estamos en una película como El resplandor, un lugar ambientado en los años 70-80, que no ha visto reformas desde entonces (las taquillas del balneario tienen el cartel de "100 pesetas") . Esa es otra, que en un balneario de supuestamente 4 estrellas, tengas que llevar una moneda para guardar tus cosas. Y hay una señora muy amable y dispuesta (tono irónico on) que nos dijo que si no teníamos nos daba cambio). Esa mujer, de cabellos rizados, morena, con una cara de mala ostia y de que le estábamos sobrando, que hay que verla. Nos dice las palabras justas y ni siquiera esboza media sonrisa. Yo no soy de las personas que necesitan ser alabadas, pero al menos que no dé la impresión de que estamos molestando. Cuando accedo al spa, un lugar que no conozco, me siento algo "perdida" y veo un grupo de tres trabajadores hablando entre ellos, a escasos metros de mi. Ninguno se acerca a preguntarme si necesito algo, siguen con lo suyo y yo empiezo a creer que soy invisible. Para disimular espero a que salga mi marido y juntos vamos a descubrir lo que hay. Y eso es dos piscinas con aguas y unos chorros ligeros en las paredes de las piscinas. Y ya estaria. El agua no está muy caliente, y las saunas son de pago aparte, de modo que de las dos horas de recorrido que te dan, te acaba sobrando una hora y media. De los trabajadores había un chico de mediana edad, en turno de mañana, que fue agradable con nosotros y nos ayudó al ver que estábamos un poco perdidos. El resto estaban alli pero eran como figurantes de una peli de terror. Había una tirita en el exterior de una de las piscinas, y los cristales estaban literalmente llenos de suciedad. Salimos de allí esperando ver aparecer a Stanley Kubrick gritando "¡Y corten, es buena!"
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