Alda Boiro

Mala experiencia. La habitación que nos tenían que dar para las 14h, no nos la dieron hasta las 16,30. Muy grande si, con dos camas, una de 1,35 y otra de 0,80, para que dos camas? Éramos una pareja que pedimos una cama de matrimonio. Podían poner la cama más grande y quitar la pequeña. La almohada muy incomoda. El cuarto de baño: pegabas con las rodillas en la bañera al sentarte en la taza del wc. Había que cerrar la puerta para lavarse en el lavabo. No tenía secador de pelo. En recepción nos atendió una persona que no tenía ni idea. Más tarde apareció el que se supone sabía del tema. El desayuno bien, sin más. La chica muy amable, pero se ha terminado el zumo de naranja y no lo han repuesto hasta que hemos terminado de desayunar, yo he podido coger un croissant pequeño, para mi pareja no había, se habían acabado y no han repuesto más. Me ha parecido que una persona atendiendo los desayunos era muy poco servicio, estábamos muchos desayunando. La chica no podía hacer más. Peligroso dejar la ventana y persiana abiertas, de la habitación, porque por la terraza pasaba gente. De donde salían? Ni idea, pero se podían asomar tranquilamente a nuestra habitación o entrar. No volveremos.

Hotel sencillo pero correcto, no esperes ningún tipo de lujo, no cuenta con AC y si quieres secar el pelo tienes q pedirlo en recepción (solo tienen uno) Las camas están bien y el personal es agradable. No me parece muy buena opción para vacaciones

Nos fuimos un día antes por despiste y nos llamaron para avisar. Todo estupendo: pero quiero destacar la labor de Sandra: atenta, agradable, dispuesta, simpática y siempre con una sonrisa. ¡En todos los hoteles tenía que haber una Sandra!