Javier G
12 de maio de 2024
Tras reservar una habitación superior en Hotel Levante para dos días me encontré con un mobiliario básico y una cisterna de water que no funcionaba. No deshice las maletas por si se nos cambiaba de habitación, pero llamaron a mantenimiento. Se nos dijo que estaba solucionado, pero el sistema dejó de funcionar por la noche, y el mal olor por el uso se hizo evidente. Cuando a la mañana siguiente se me ofrece cambiarnos de habitacion, comento que no es el momento cuando las maletas estan desechas y que deseo comunicarme con el gerente (David Rull Jala). Cuando expliqué la situación, sin mediar palabra me convidó de forma chulesca a poner una hoja de reclamación, insinuando que quería un beneficio económico y "que si en mi casa no se estropeaba nada". Fue tan lamentable y violenta la situación que amargó nuestra estancia en este balneario, posiblemente la situación más incómoda que hemos vivido como viajeros y provocada por alguien que se supone que debe manejar estas situaciones, máxime cuando se pagan más de 200 euros por estancia al día (aparte servicios termales, desayunos o comidas). Mi calificación es pésima gracias a esta persona, de las que creía que no existían, nunca volveré y espero que los inversores de este establecimiento termal lo tengan en cuenta a quién tienen al frente. Pero no es casualidad y ya he leído comentarios similares al mío de otros viajeros afrentados por David Rull.
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